El excanciller de la República, Samuel Lewis Navarro, y la directora de Patrimonio Histórico Sandra Cerrud coincidieron en que el funcionamiento de un bar en el inmueble conocido como la Casa del Soldado, en el Casco Antiguo, viola el acuerdo firmado entre los gobiernos de Panamá y España, en 2009.
A través de dicho acuerdo, Panamá cedió por 20 años en usufructo el edificio histórico a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, con un fin claro: “promover la cultura”.
Según Lewis Navarro, en el acuerdo nunca se mencionó o se contempló el establecimiento de actividades comerciales, ni mucho menos un bar. De hecho, fue él quien firmó el convenio, a nombre de la República de Panamá, el 28 de mayo de 2009.
Por su parte, Cerrud explicó que en los planos que se presentaron a la Comisión Nacional de Arqueología y Monumentos Históricos para restaurar la casona, no se contempló un espacio para bar o alguna otra actividad comercial. Para la funcionaria, la venta de licor en la Casa del Soldado es “ilegal”, porque el edificio tenía fines institucionales y no de ese tipo.
Pese a las declaraciones de ambos, el embajador de España en Panamá, Jesús Silva Fernández, señaló que el convenio firmado no incluye detalles sobre el futuro centro cultural, por lo que no excluye ni prohíbe la posibilidad de establecer un bar o la realización de actividades que generen ingresos, en la medida en que sirvan para financiar los fines que éste persigue.