El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, abrió las puertas de la Iglesia a los católicos divorciados, siguiendo así el ejemplo del papa Francisco.
“Los divorciados, vueltos a casar, son hermanos nuestros y están llamados a participar de la vida eclesial”, dijo Ulloa, tras la lectura de un comunicado, elaborado por los miembros de la Conferencia Episcopal Panameña al término de su Asamblea Plenaria Ordinaria.
Los católicos que han contraído matrimonio eclesiástico, y se han divorciado y vuelto a casar por la vía civil, son “hermanos nuestros y no como cristianos de segunda categoría. Ellos están llamados a la santidad”, dijo Ulloa.
No obstante, advirtió que todavía no se ha autorizado la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.
Igualmente, los obispos panameños hicieron un llamado al nuevo gobierno de Juan Carlos Varela para recuperar la confianza en las instituciones del Estado y consolidar el estado de derecho, trabajar en mejorar la seguridad ciudadana –que ha llegado incluso hasta los templos católicos–, combatir la violencia familiar y el feminicidio además de proteger los recursos naturales, en especial del agua.
Ulloa pidió buscar los mejores laboratorios para realizar los análisis necesarios a las aguas del río La Villa en la provincia de Los Santos.
“Somos nosotros también los que estamos dañando nuestros ríos. El gran tesoro de Panamá es la naturaleza y en ella están nuestras cuencas hídricas”, recalcó.
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Ulloa: 'Los divorciados vueltos a casar son hermanos nuestros'
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