En el vigésimo primer aniversario de la rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1992, conocida en Venezuela como el día de la dignidad nacional, el auditorio Justo Arosemena de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá fue el escenario para que universitarios y personal de la embajada de Venezuela en Panamá compartieran un conversatorio con el general retirado venezolano Francisco Visconti y con la abogada Marelys D’Arpino, quien fue la proponente del recurso de interpretación del artículo No. 231 de la Constitución venezolana ante el Tribunal Supremo de Justicia.
En medio del acto, caracterizado por la defensa de la gestión del presidente Hugo Chávez –hoy convaleciente en un hospital en Cuba– y por constantes interrupciones con aplausos por parte del público, se dio a conocer la razón jurídica que permite que el vicepresidente Nicolás Maduro asumir el poder de manera temporal en ausencia del mandatario, así como la decisión de que no se convoque a nuevas elecciones.
D’Arpino dijo que en la interpretación que hizo la sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, del artículo No. 231 de la Constitución venezolana, Chávez no es un presidente electo como lo establece la literatura de este artículo constitucional, sino que es un presidente reelecto y juramentado desde 1999 y por ello “hay continuidad en el ejercicio de las funciones administrativas”.
Tras ser consultada sobre si este tipo de interpretación generaba desconfianza en el pueblo venezolano, respondió que el “pueblo confía en las instituciones establecidas, aún en ausencia del presidente Chávez”.
Fuerzas armadas, comprometidas
En tanto, Francisco Visconti, quien participó en una ponencia sobre el rescate de la memoria histórica del proceso bolivariano revolucionario, dijo al ser consultado sobre la lealtad de las fuerzas armadas venezolanas que él dificulta que un “pueblo uniformado que tiene consciencia del camino que están siguiendo vaya a actuar contra el proceso”. Más bien, dijo, actuaría contra aquello que adverse el proceso, refiriéndose al movimiento revolucionario que impulsa en sus discursos Hugo Chávez.
A juicio de Visconti, ese tipo de situaciones “de golpes de Estado se dan en aquellas fuerzas armadas que responden a los intereses económicos y sociales de un país”.
Visconti, quien participó activamente en los sucesos del 4 de febrero de 1992, reconoció que las fuerzas armadas no tienen solamente el compromiso de defender la patria, sino que también “el desarrollo de la misma y que la constitución así lo establece”.
Vea en el video que acompaña la nota, las declaraciones completas de Visconti y de D’Arpino.
↧
‘Chavistas’ exponen en Panamá
↧